Allá por 1504, nuestro descubridor más famoso, Cristóbal Colón, estaba en la isla de Jamaica un poco necesitado. Pero
lo nativos no parecían muy por la labor de ayudarle. Se negaban a entregar a Colón los alimentos que este les había pedido.
Colón, viendo que por las buenas llegaba cerca, les amenazó con hacer oscurecer la luna aquella misma noche y así convertir la nocturnidad en total negrura. Los nativos no hicieron demasiado caso a la amenaza, hasta que comenzó a hacerse claramente visible en el cielo un eclipse de luna. Este hecho mutó su predisposición sobre las viandas que solicitaba el navegante e incluso se ofrecieron a cubrir cualquier otra necesidad de las naves españolas.
Por supuesto, Colón conocía de antemano que aquella noche habría un eclipse y los nativos habrían visto algún otro eclipse a lo largo de sus vidas, pero la conjunción del hecho y la amenaza les resultó chocante y amenazadora. Al parecer, el marino conocía el hecho gracias a un libro de Abraham Zacuto titulado Almanach Perpetuum.
Publicado en curistoria 16-11-08
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